En los últimos tiempos varios han sido los supuestos cuadros de Velázquez inéditos que han sido anunciados. Ya hace unos años fue sacado a la luz un lienzo de etapa sevilla con el tema de La Educación de la Virgen cuya atribución todavía es tema de controversia (ver post aquí) y recientemente, a bombo y platillo, se presentó un retrato de Felipe III en el Museo del Prado depositado en el museo por la American Friends (aquí). Sobre este lienzo ya os contamos nuestras reservas, asimilándose más su técnica a la de Maino o a la de Nuñez del Valle como apuntó nuestro compañero Cipriano en su blog Cipripedia (aquí).
Bajo la catalogación de William B. Jordan, quien ha sido el benefactor e identificador del retrato de Felipe III del Prado, también salió al mercado un Bodegón de cocina atribuído a Velázquez en Sotheby’s Nueva York (aquí). La obra, aunque de una extraordinaria calidad, nuevamente nos parecía que tampoco correspondía a los pinceles de Velázquez. De hecho, su puja por 1,5 millones de dolares, un precio bajo sí realmente hubiera sido un Velázquez teniendo en cuenta que por el Barbero del Papa el Prado pagó unos 23 millones de euros, quedó desierta.
Hoy sin embargo, se ha presentado una obra en la casa de subastas Abalarte que nos ha dejado con la boca abierta. El profesor Ángel González nos decía durante los años que estudiamos la carrera de Historia del Arte que uno reconoce una obra maestra nada más verla por que no logra apartar sus ojos de ella y es entonces cuando comprendemos por que los grandes maestros son los GRANDES MAESTROS. Esa es la sensación que hoy hemos tenido cuando en una rueda de prensa se ha presentado este “Retrato de niña o Joven Inmaculada” (óleo sobre lienzo, 57,5 x 44 cm).
Pocos artistas como Velázquez han sabido realizar retratos de niños. Esa carita infantil y tierna del Niño Jesús en su Adoración de los Magos, quien en realidad era su hija recién nacida; la dulzura del rostro de la infanta Margarita vestida de rosa del Kunsthistorisches museum de Viena; la vivacidad de la mirada del Retrato de Niña de la Hispanic Society… Todas esas características se encuentran en el óleo de Abalarte. Es un retrato lleno de ese aura mágica, que parece que en cualquier momento va a ser insuflado de vida. Es un retrato portentoso que te engancha con su mirada y no puedes dejar de entablar un diálogo con él.
Otro detalle sumamente característico de Velázquez son sus pliegues y ese color entre rosa y rojo que impregna muchos de sus ropajes. Ambos detalles pueden verse en la blusita de la Niña, aunque ahora mismo ésta tiene un tono más pardo de lo normal por la oxidación del barniz, y ponerse en comparación con los que aparecen en la Inmaculada de la National Gallery de Londres o en la Focus Abengoa, ambas datadas hacia 1618, cronología parecida a la que se adjudica a la obra de Abalarte. Está claro que en esos años de aprendizaje Velázquez ensayó el tema de la Inmaculada en diversas ocasiones pero jugando con la edad de la representada. Así mientras que en la de Focus la protagonista es una mujer más madura, en la de la National es una adoloscente, y aquí presenta la imagen de una niña de unos siete años de edad. De hecho, el parecido del rostro de la Niña con el de la Inmaculada de la National Gallery, que siempre se ha creído que reflejaba a Juana Pacheco, mujer de Velázquez e hija de Francisco Pacheco, maestro del pintor, nos lleva a pensar que quizás el rostro de la “Niña” de Abalarte esté reflejando alguna otra hija de menor edad de Pacheco.
Quizás lo extraño del tema de esa “Inmaculada Niña” es lo que hizo que en algún momento se repintara con un tono pardo la corona de estrellas que rodeaba su cabecita, dejando así el tema en un retrato sin más (mismas estrellas o puntos de luz que se aprecian en la de Focus o en la de la National). Sin embargo ese detalle es visible en las radiografías que se le han practicado a la pieza.
Desde el próximo día 11 hasta el 25 de abril se puede ir a contemplar la obra a la sala Abalarte (C/ Juan Bravo, 46), lo que os recomendamos encarecidamente. Después quién sabe quién adquirirá la pieza. No obstante, esperamos que el Estado ejerza su derecho de tanteo y se quede con el óleo o al menos que no deje salir esta obra maestra de España. Ahora vendrán las opiniones a favor y en contra de la autoría del sevillano, pero hay veces (no muchas, ciertamente, nosotros somos más de documento como demostramos en “La última cena” de la Academia, aquí) que una mirada vale más que diez mil palabras…
P.D: Queremos agradecer a Abalarte no sólo el habernos invitado a la rueda de prensa si no por habernos facilitado la fotografía de la obra en alta resolución y la radiografía de ésta.
Qué entrada más maravillosa. Intentaré escaparme a Madrid para encontrarme con esa mirada…
Muchas gracias Laura!!
Lo tendrán en exposición del 11 al 25 de abril. Intentaló nunca se sabe si terminará o no en una institución pública…
Magnífico post!!!! espero impaciente el próximo!!!
Muchas gracias compañero!
Gracias por la información ¡También nosotros vamos a intentar ir a verlo!
Un placer!!
Vuelvo a dejar el comentario que ayer no se publicó:
Mis felicitaciones por ser capaces a través de un blog explicar, argumentando con ejemplos y detalles de los lienzos, las razones que apuntan a atribuirlo a Velázquez. Espero y deseo que el Estado tenga eurillos disponibles para comprar esta obra y sino lo tienen que no le den el permiso de exportación ¡esto no puede salir!
Por otro lado, me ha encantado esto:
“uno reconoce una obra maestra nada más verla por que no logra apartar sus ojos de ella y es entonces cuando comprendemos por que los grandes maestros son los GRANDES MAESTROS”
Me reitero, I love Investigart
Querido Sereno,
Muchas gracias por sus palabras. Intentamos hacerlo lo mejor posible y siempre dar nuestra opinión con total honestidad. Afortunadamente parece que nuestra opinión sobre la obra es compartida por todo el mundo y hasta ahora no he leído opiniones discordantes… y Es que Ángel González tenía mucha razón en sus palabras… Su simple visión ha sido prueba suficiente para todo el mundo.
Saludos
Magnifica entrada pero a mi estas cosas me suscitan siempre una reflexión, una obra sin firmar y sin documentar basada tan solo en el estilo y técnica ¿hasta qué punto es una obra de Velázquez o atribución a ella? Se sabe de la existencia de maestros, seguidores o escuelas o incluso alguna obra que se puede confundir con Pacheco, su maestro, quien a su vez tendría su escuela. Ya se han dado muchos ejemplos de obras que un día fueron atribuidas a un pintor y luego se dijo que era erróneo y de otro pintor. No seré yo quien diga lo que es o deja de ser pero a veces valoramos las cosas en función de lo que designa una persona o personas cuando la realidad es que no lo sabemos. Dicho esto la pintura es preciosa!!
Estimado David, nos alegra que te haya gustado nuestra entrada.
Nosotros, como decimos en el post, somos de la opinión de que la documentación es esencial a la hora de poder dar solidez a la atribución de las obras. Lo que ocurre es que no siempre eso es posible. También ten en cuenta que aunque tengas la documentación hay veces que luego hay expertos que no quieren ratificar que una obra pertenezca a un artista en concreto. Leete nuestro post de “La última Cena de Cristo” de Velázquez. Documentada la pieza está al 100% y sin embargo hay profesionales que no la aceptan como obra de Velázquez.
La “Inmaculada Niña” está sin firmar, como el 99% de las pinturas de Velázquez o del siglo XVII. De hecho Velázquez sólo firmó dos de sus obras… En cuanto a los análisis técnicos, lo único que pueden cerciorar es que la pintura está realizada con materiales propios del XVII y de una zona particular. No te van a decir nunca si la pintó uno u otro artista.
En lo referente a otros maestros de la escuela sevillana. Si miras las obras de Pacheco, Herrera el Viejo o Alonso Cano, verás que estás son muy diferentes. La calidad, sensiblidad y la ternura que emana la imagen de Abalarte no la he observado en ninguno de ellos (y mira que Cano es bueno…).
La historia del arte se ha escrito no sólo con documentación si no también gracias al ojo experto de quienes en momentos en que todo era un maremagnum (imaginate los expertos del XIX…) supieron discernir lo que era de uno u otro autor. Los avances se hacen así. Una veces con pasitos hacia adelante y otras veces dando marcha atrás, pero eso no nos debe asustar. Yo he dado mi opinión, que creo que es de alguien, que si no experto en Velázquez, ha estudiado profundamente su pintura. El tiempo dirá si tengo o no razón… Pero cuando estuve delante del cuadro no tuve ninguna duda y te puedo decir que ya no recuerdo ni la cantidad de obras que me han pedido que analice creyendo que eran Velázquez y ninguna de ellas lo eran… La duda existe siempre pero sí puedes acercaté a ver la pintura y mira a esos ojos y después me dices que has sentido.
Saludos