En el Madrid de principios del siglo XX era frecuente la presencia de mujeres procedentes de otras provincias españolas vendiendo productos y manufacturas de su tierra para obtener unos ingresos extras con los que ayudar al sustento de la economía familiar. Lagarteranas vendiendo sus ricos y bellos encajes o ansotanas comerciando té de roca atraían la mirada de los madrileños y artistas del momento pero ¿por qué?. Para responder a esta pregunta tan solo hay que contemplar en alguna de las fotos que José Ortiz Echagüe tomase para su libro ‘Tipos y Trajes’ la indumentaria con la que llegaban a ese Madrid de las primeras décadas del siglo XX estas mujeres.
–Una abuela y una niña del Valle de Ansó en el Madrid de principios del siglo XX
Corría el año 1911 cuando varias habitantes del Valle de Ansó, denominadas popularmente “chesas”, recalaron en el Madrid de principios de siglo para vender un té de roca que se daba en su comarca. Con estas ventas, que se hacían durante el invierno, las ansotanas ayudaban a la economía familiar de este valle de Huesca.
Ataviadas con el traje y peinado típico del Valle de Ansó de reminiscencias medievales, llamaban poderosamente la atención en ese Madrid que despertaba a la industrialización y en el que las mujeres ya habían comenzado a liberarse de los corsés y seguían las modas que se dictaban desde París.
A este respecto hemos de mencionar al modisto Paul Poiret quien desde su atelier en París creo una serie de prendas femeninas como la falda trabada, el vestido lámpara o la falda-pantalón que pronto fueron incorporadas a los armarios de las mujeres de la aristocracia y burguesía madrileña causando revuelo y escándalo en la ciudad.
«Hace pocos días salieron a la calle dos señoritas luciendo unas preciosas faldas-pantalón, que quizá habían adquirido con el propósito de generalizar en Madrid la moda parisina. Pero las elegantes, que indudablemente ignoraban que en las calles de la villa y, corte hay a todas horas gente ineducada y atrevida que se sonríe de la prohibición del piropo y hasta de otras prohibiciones (…) pues llevan su atrevimiento a extremos increíbles, pagaron cara su osadía, y, perseguidas por 300 o 400 personas, que no merecían tal nombre, tuvieron necesidad de entrar de arribada forzosa en un establecimiento, cuya dependencia no encontró medio mejor de librar a las pobres mujeres de un atraco, que cerrar las puertas y apagar las luces, con el fin de que los perseguidores de las atribuladas mujeres se alejaran de aquellos sitios..».
ABC. 22 de febrero de 1911
Así pues hemos de figurarnos que la indumentaria de estas mujeres ostenses formada por una basquiña de tiro alto con tirantes confeccionada en paño, manguitos, camisa blanca con lechuguilla en el cuello y una escarapela en el pecho sobre la que se colocaba una imágen de la Virgen del Pilar contrastaba mucho con la indumentaria que madrileñas habían comenzado a adoptar.
Las ansotanas contaban con varias faldas dependiendo de si se utilizaban para diario, para ir en romería, acudir a la iglesia o para después de la boda. Dependiendo del uso que se le diesen, la basquiña era de color verde (traje diario) o bien negra rematada con una banda blanca (llamada «saigüelo) para el traje de iglesia o de ceremonia.
Las novias del valle de Ansó vestían el traje negro durante la ceremonia de la boda y tras ella se despojaban de las basquiñas negras y quedaban ataviadas con el sayal verde adornado con joyería y escarapelas de cinta de seda amarilla y roja sobre el pecho.
-Sebastiana Puyó y Sebastiana Brun
De todo el grupo de mujeres del Valle del Ansò que llegaron a Madrid entre noviembre y diciembre de 1911, dos de ellas, en concreto una abuela y una niña llamadas Sebastiana Puyó y Sebastiana Brun, atraían poderosamente la atención de Joaquín Sorolla que se encontraba en esos momentos trabajando en la serie de tipos populares que el hispanista Archer Milton Huntington le había encargado para la Biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York.
A ambas las fotografió en la puerta del Convento de las Descalzas Reales portando entre sus manos un rosario y un libro de oración como podemos ver en estas fotografías de la colección del Museo Sorolla.
Por aquel entonces Sorolla ya se había trasladado a su nueva casa/taller del Paseo del Obelisco, hoy Martínez Campos, y contrató a la abuela y a la nieta para que posasen para él con su traje típico en color verde durante dos sesiones en su taller.
La siguiente fotografía conservada en la colección del Museo Sorolla nos muestra al pintor trabajando en el lienzo aunque según indican desde el propio museo, en la foto estaba fingiendo puesto que el lienzo en 1912 ya estaba terminado.
Pero Sorolla volvería a encontrarse con estas dos mujeres en dos ocasiones más con motivo de los dos viajes que haría el pintor al valle de Ansó en 1912 y en 1914, año en el que realiza ‘La Jota’ para la decoración de la Biblioteca de la Hispanic Society of America.
En el contexto de estos dos viajes volverá a tomar fotografías de mujeres vestidas con la indumentaria tradicional y a la abuela Sebastiana conservando el Museo Sorolla la foto de 1912 que le tomó en una de las casas de su pueblo.
Asimismo, retratará a la joven nieta, que ahora es la novia que posa con una rama de membrillo en el cuadro ‘Tipos de Ansó’ y que se conserva en el Museo Sorolla.
Sorolla además atesoró una gran colección de indumentaria tradicional española durante todos sus viajes por la península ibérica que hizo para el citado encargo de la Hispanic Society. Algunos de esos vestidos se presentaron en contexto con las obras del artista en la exposición celebrada hace algunos años en el Museo Sorolla llamada ‘Fiesta y Color. La Mirada Etnográfica de Sorolla’.
En la siguiente fotografía podemos ver una de las fiestas que organizaba el pintor en su casa taller de Chamberí y en la que su hija María Sorolla viste el traje del Valle de Ansó con el característico peinado de churros.
Bibliografía de interés:
- La abuela ansotana en el arte de finales del siglo XIX y principios del XX: http://www.aacadigital.com/contenido.php?idarticulo=533
- Museo Del Traje (CIPE): Modelo del Mes ‘Traje de Ansò’ por Irene Seco.
- Introducción a la historia de la indumentaria española. Francisco de Sousa y Congosto.
Para mí que Chesas son las del valle de Hecho.
Hola María Fernanda,
Sobre lo que comentas: tienes razón, las Chesas son las del Valle de Hecho pero durante muchos años se llamo chesas a todas las montañesas aragonesas.Así se referencia en las fuentes bibliográficas y así era como en la época de Sorolla se las denominaba 🙂 (aunque ya se empezaban a diferenciar los términos)
Un saludo
Muchísimas gracias por todo lo que nos enseñamos. Sois fantasticos
Gracias a tí por leernos Luchy!