Continuamos con nuestros post especiales del #OrgulloBarroco y en esta ocasión tenemos la suerte de contar con Daniel Díaz de @Invertirenarte que nos hace una recopilación de las mejores ventas de arte barroco en los últimos años.
A ningún conocedor del mundo barrocho, a poco que haya seguido por encima el mundo de las subastas y de las ferias, se le escapa la diferencia enorme entre nuestro mercado nacional, apasionante, atractivo y cercano, y el mercado internacional, espectacular pero lejano, donde con cierta frecuencia aparecen grandes piezas que superan con creces los millones de euros. Por acotar, nuestro estudio lo hemos restringido a las obras de nuestro país –españolas, coloniales y extranjeras-, aunque daremos algunas cifras del internacional para tener referencias y poder situarnos en terreno firme…
Comenzar con la mejor venta en nuestro suelo tiene su lógica y seguro que despierta el interés de los lectores, pero conforme vayamos descendiendo a cifras más modestas el único interés que se mantendrá probablemente sea el del morbo, por comprobar una vez más que en nuestro país damos liebre por gato, una calidad muy superior al precio pagado, una especie de tradición que se remonta lamentablemente a muchos años y aún siglos ya atrás; el orgullo –aunque sea por cosas como éstas- es de las últimas cosas que perdemos los españoles.
LO ESPAÑOL
Pues bien, el cuadro mejor pagado en los dos o tres últimos años es el Niño de la espina en un paisaje (O/L, 110 x 82 cm), un atractivo lienzo de Francisco de Zurbarán (1598-1664) que ofreció en marzo pasado la sala Abalarte por 400.000 euros, y se adjudicó en ese mismo precio –las cifras ofrecidas serán el precio de remate, sin la comisión de la sala ni los impuestos, a no ser que se especifique lo contrario- (ver aquí).
Considerado durante un tiempo por la especialista Odile Delenda como del obrador del maestro, en un reciente estudio corregía su visión, daba su visto bueno a este lienzo procedente de la colección del Duque de Sotomayor, lo fechaba entre 1645 y 1650 y, “tanto iconográficos como técnicos” será incluido en su suplemento del “Catálogo razonado y crítico de Francisco de Zurbarán” en preparación.
Probablemente más de uno esperase una cifra más alta; el mercado español es el que es, el barrocho también, aunque nos gustaría que obtuviese cifras mucho más altas y algunos de nosotros pensemos que precisamente este es el tipo de liebres que seguimos vendiendo, a precio de gatos…
Dos datos pueden ayudarnos a situarnos. Primero, el Museo del Prado compró en 2017 un magnífico San Juan Bautista en un paisaje de Juan BautistaMaíno; un tanto sucio y de pequeño tamaño, fue adquirido por 375.000 euros… (ver aquí y aquí). Segundo, en la subasta de julio pasado en Sotheby’s, una puntaseca de Rembrandt, sí una puntaseca nada más, representando a Christ presented to the people (‘Ecce Homo’), 1655 se vendió por 2,6 millones de libras (premium incl. en los remates extranjeros; ver aquí), pasando a ser la obra gráfica más cara de su mano, seguramente porque de este primer estado sólo hay otras siete dispersas en diversas instituciones, y ésta era la única que quedaba en manos privadas. En esa misma licitación, se ofrecían varios lienzos españoles, que mencionamos a vuelapluma: Cristo en contemplación antes de ser crucificado (O/L, 183 x 114 cm; ver aquí), de Vicente Carducho, se vendió por 322,000 GBP; un lienzo a medio restaurar atribuido a Jusepe Ribera con el tema de La visión de san Jerónimo (O/L, 155,5 x 108 cm; ver aquí), alcanzó las 550,000 GBP, mientras Las lágrimas de san Pedro (O/L, 121 x 105 cm; ver aquí), de Bartolomé Esteban Murillo, que Ansorena había ofrecido en marzo por unos excesivos 350.000 euros, se adjudicó por 310,000 GBP. Para bien o para mal este parece ser el sino de nuestro exiguo mercado…
Y ya que estamos, recordemos dos de las mejores ventas barrochas de estos últimos tiempos, sucedidas en 2016: en enero, la Danae de Orazio Gentileschi (ver aquí) se adjudicó por 30,490,000 USD, en Sotheby’s Nueva York; en julio, Lot and his daughters de Pedro Pablo Rubens (ver aquí) se disparó a los 44,882,5000 GBP, en Christie’s Londres. Son cifras astronómicas y excepcionales, que nos sitúan en una realidad superior; por contraste, recordemos ahora algunas de las vendidas de nuestro país, como la del magnífico Tobías y el ángel (O/L, 158 x 196 cm), de Alonso Cano, que ofrecido por 35.000 subió hasta nada menos que 150.000 euros, en abril de 2017 en Abalarte. Aquello fue una muy grata sorpresa (ver aquí), similar a los 130.000 euros pagados en Balclis en marzo por la Santa María Egipcíaca (O/L, 120,5 x 91 cm), de un pintor poco apreciado y menos conocido aún por el gran público, Jerónimo Jacinto de Espinosa (ver aquí).
Para ir terminando la sección, 70.000 euros se pagaron en marzo en Abalarte por un San Andrés (O/L, 128 x 107 cm) atribuido a José de Ribera, que había partido desde los 30.000 euros (ver aquí). Muy cerca se quedó, 65.000 euros, el Descanso en la huida a Egipto, 1667 (O/L, 208 x 136 cm), de Juan Antonio de Frías y Escalante, en junio pasado en Alcalá (ver aquí), sala donde en diciembre de 2017 la Adoración de los Reyes Magos (O/L, 140 x 154,5 cm), de Pedro Atanasio Bocanegra, subió de 30.000 a 65.000 euros (ver aquí).
Antes de terminar la sección, me gustaría recordar otro ejemplo, doloroso esta vez: en octubre de 2017, Isbilya sacó a pujas un buen Retrato ecuestre de Carlos II, atribuido a Sebastián Herrera Barnuevo por 16.000 euros; lógicamente, subió de precio, y se adjudicó por 26.000 euros. Buena venta, pudo pensar más de uno… El problema fue cuando apareció en Dorotheum Viena, en abril pasado (ver aquí), apenas unos meses después, como para dar tiempo a quitar el polvo superficial, con una estimación de 60.000 a 80.000 euros, vendiéndose finalmente por 102.412 euros (premium incl.). O en centro Europa los euros son proporcionalmente más baratos o hay coleccionistas más interesados por este tipo de piezas… (ver aquí).
Algunos bodegones
Un apartado importante en el mundo barroco eran los bodegones. Segre, en mayo de 2017, ofreció dos parejas de ellos con títulos descriptivos (O/L, 48 x 103 cm y 43,5 x 113,5 cm, por parejas) atribuidos a Mateo Cerezo; aunque no hubo unanimidad sobre la posible mano que los pintó, la calidad de los mismos era tan evidente que subieron de 50.000 a 120.000 euros (ver aquí). Proporcionalmente fue más interesante la venta en Alcalá en octubre de ese año de la espectacular Vanitas (O/L, 111 x 165 cm) del Círculo de Tomás Yepes o del Maestro de la Vanitas de la colección Ruiz-Giménez, que se llevó el Estado por el precio solicitado, 80.000 euros, con destino al Museo de Artes Decorativas (ver aquí). Por último, en junio pasado, Alcalá vendió una Pareja de floreros en jarrones de bronce (O/L, 90,2 x 71,5 cm y 95 x 71 cm), de Pedro de Camprobín, por los 65.000 euros pedidos (ver aquí).
LO COLONIAL:
Sección complicada pues no están claros los límites, sí podemos recordar algunas buenas ventas que muestran la buena salud de la economía de muchos países del Nuevo Mundo, México principalmente. En octubre de 2016, y quizá sea remontarnos demasiado, Alcalá vendió por 110.000 euros su lienzo Castas, de Escuela mexicana, mitad del siglo XVIII, uno de los temas preferidos por los compradores (ver aquí). Balclis, Poco después, en diciembre de 2016, Balclis vendió por 65.000 euros, la salida, Vista del canal de Iztacalco o De Yndia y Español producen Mestiza, de Escuela mexicana del siglo XVIII (ver aquí).
El otro asunto más buscado es, en mi opinión, el de las versiones de la Virgen de Guadalupe. Tres ejemplos: Nuestra Señora de Guadalupe, c. 1690-1695 (O/L, 210 x 140 cm), de Manuel de Arellano, subió de 55.000 a 90.000 euros en julio de 2017 en Fernando Durán (ver aquí); la misma sala, este octubre pasado, vio cómo Nuestra Señora de Guadalupe (O/L, 196 x 126 cm) de Juan de Correa, pasaba de 50.000 a 75.000 euros (ver aquí). Entre medias, en junio de 2018, Alcalá Subastas adjudicaba por 60.000 euros, otras Virgen de Guadalupe, 1737 (O/L, 208,5 x 131,5 cm), firmada y fechada por Francisco Martínez, que se había ofrecido por 30.000 euros (ver aquí).
LO EUROPEO:
Dentro del mundo italiano, dos piezas destcaron: en junio pasado, Alcalá adjudicó en postventa por 140.000 euros Martirio de san Sebastián (O/L, 208,8 x 146,8 cm), de Mattia Preti (ver aquí), justo el doble de los 70.000 euros pagados en octubre de 2016 en Segre por el Primer boceto para la expulsión de los mercaderes del templo, de Luca Giordano, que había partido desde unos sorprendentes 8.000 euros (ver aquí). Del entorno de los Países Bajos hemos encontrado también varias ventas interesantes: por 125.000 euros, la salida pedida, se adjudicó en Ansorena en enero Paisaje con personajes (93 x 120 cm), de Joos de Momper y Peter Brueghel el viejo (ver aquí). Alcalá vendió también dos lienzos de Abel Grimmer: en marzo de 2016, por 75.000 euros, Parábola de los viñadores [homicidas] del campo, que se ofreció por unos sorprendentes 10.000 euros (ver aquí) y, en marzo pasado, por los 62.500 euros pedidos, Los proverbios: el verdadero retrato de los abusos del mundo (O/L, 78 x 113 cm, ver aquí).
Si ha conseguido leer hasta aquí es porque realmente le interesan estos datos; quedan aún algunas cosas interesantes en este tintero del repaso y la memoria, como son los dibujos sobre papel y las sorprendentes ventas de los tapados, que repasamos ahora mucho más brevemente.
LA OBRA SOBRE PAPEL:
La pieza más cara vendida en nuestro país fue el conjunto de 136 acuarelas del Códex de Trujillo del Perú o Martínez Compañón; lo compró el Estado en junio de 2017 en Alcalá Subastas por los atractivos 45.000 euros de su salida, tras quitarse a los competidores declarándolo inexportable.
De nuevo, dos referencias que hagan caer en la cuenta. Primera, adquiridos a Artur Ramón en 2017 con destino al Museo Nacional del Prado por 50.000 euros, cuatro dibujos de los siglos XVII-XVIII: Traza de retablo, Escena de triunfo, David luchando con un oso y otra Traza de retablo (ver aquí). Segundo, un dibujo a tinta de José de Ribera, David y Goliat, superó en Sotheby’s Londres su estimación alta de 9,000 GBP y se adjudicó por 42,500 GBP (ver aquí).
En nuestro mercado. De Francisco Pacheco, San Gregorio Magno (tinta parda y aguada, 24 x 31 cm), fechado recientemente por Benito Navarrete hacia 1630/5, se adjudicó por 9.000 euros en marzo en Abalarte (ver aquí). De Claudio de Lorena, La Suite ofrecía en marzo dos aguadas con tinta: Ulises restituyendo a Criseida (15 x 19,5 cm), que pasó de 2.000 hasta 8.000 euros, y Estudio de un puerto marítimo (20 x 25,3 cm), de 2.000 hasta 7.000 euros (ver aquí). Y de Antonio del Castillo, Durán ofreció en enero Tres estudios de arquitectura, 1662 (27,5 x 16,5 cm); subió de 650 a 3.250 euros (ver aquí). En mayo de 2017, el Estado compró en Segre por apenas 6.000 euros el importante y único librito de Juan de Arfe con anotaciones de Ceán Bermúdez de la Descripción de la traça y ornato de la custodia de plata de la santa iglesia de Sevilla (ver aquí).
LOS TAPADOS:
El más espectacular de los últimos años quizá haya sido el vendido el pasado julio en Ansorena, cuando un Martirio de san Lorenzo (44 x 35 cm), de Escuela flamenca del siglo XVII, que partió de 600 euros llegó a los 44.000 euros (ver aquí). En este apartado, como en los anteriores, también el mercado internacional es más fuerte en líneas generales, por haber más posibles compradores contra los que competir, lógicamente. Quizá otro ejemplo nos ayude a situarnos. En mayo de 2018, Sotheby’s Londres ofreció un lienzo de San Francisco de Asís, que tras estudio de Benito Navarrete, salía como de Antonio Arias, y un grandioso Anónimo madrileño con Santiago el Mayor y Santa Teresa de Jesús con el escudo de Castilla y León. El primero no falló y alcanzó las 45,000 GBP mientras el segundo, ante la posibilidad de ser un trabajo de Juan Bautista Maíno –o quizá de otro autor- se disparó de las 30,000 GBP iniciales hasta nada menos que 155,000 GBP (ver aquí).
Volvemos a nuestro mercado nacional. De 2.000 a 37.500 euros subió la Aparición de la Virgen al venerable Juan de Palafox, obispo de Puebla (O/L, 137,5 x 99 cm), del círculo de Carlo Maratta, en abril en Fernando Durán (ver aquí). Casi en la misma proporción, de 3.000 a 35.000 euros, subió hace apenas unos días en Durán un espectacular Arcángel san Miguel de Escuela española del siglo XVII (ver aquí). En Segre, en mayo de 2017, Santa Irene y San Sebastián (O/L, 47 x 37 cm) que partía de 2.000 euros como de un seguidor de Bartolomeo Schedoni, terminó sus pujas en nada menos que 34.000 euros (ver aquí). Y en junio de ese 2017 le tocó el turno a Alcalá: Virgen con Niño (O/L, 75 x 97,5 cm; ver), con su lienzo original, del círculo de Sassoferrato, subió de 3.500 hasta unos sorprendentes 22.500 euros (ver aquí). Más sorprendente aún fue la venta en febrero pasado en Abalarte por nada menos que 27.500 euros del dibujo a tinta del torso miguelangelesco, quizá de una mano cercana a Daniele Volterra, Torso desnudo (lápiz, 38 x 25 cm), ofrecido por 1.500 euros (ver aquí). En la misma sala ya habíamos visto en junio de 2017 cómo su Figura demoníaca de espaldas (23,5 x 16,5 cm), un dibujo italiano a lápiz del siglo XVII que salía sin pena ni gloria por apenas 250 euros, terminó adjudicándose por 7.000 euros, pensando obviamente en el taller de Michelangelo, dadas sus similitudes con una figura del Juicio Final (ver aquí).
Tres apuntes más. De 900 a 19.000 euros, nada más y nada menos, subió la Adoración de los pastores (óleo sobre ágata y cuarzo, 26 x 14 cm;), de Escuela veneciana del siglo XVII, en julio pasado en Fernando Durán (ver aquí). En marzo de 2017, un cobre que partía de los 900 euros llegó a los 17.000 euros; se trataba de la Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago Apóstol y sus seguidores, un cobre de Saraceni de apenas 53 x 47 cm que Ansorena ofreció como de Escuela española, siglos XVI-XVII (ver aquí). Y en junio de ese año, en Goya Subastas, un San José con el Niño obra clara del napolitano Francesco de Mura que partía de los 1.200 euros como de Escuela italiana del siglo XVIII, subió hasta 6.500 euros (ver aquí).
Quizá la recopilación sea excesiva y se podría aligerar, sin embargo, tampoco viene mal tener toda esta información recogida en un único artículo, a mano fácilmente como quien dice. Visto lo visto, la conclusión se me aparece muy clara: nuestro país sigue siendo un lugar magnífico para comprar obras barrocas, conclusión que es extensible a otros periodos, por cierto. Que se podría desglosar en: lógicamente, no serán piezas sobresalientes, que suelen ofrecerse en Londres o en Nueva York, pero tanto si la autoría está clara como si se trata de un tapado que uno consigue descubrir, normalmente tendrá un precio más bajo que el obtenido en el extranjero por una calidad semejante. La segunda: con cierta frecuencia, suele haber obras más o menos importantes coloniales y europeas, con precios atractivos… ¡Sólo hay que estar atentos!
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